viernes, 10 de septiembre de 2010

A SARKOZY LE VA LA MARCHA


Durante este verano nos hemos horrorizado al contemplar como Nicolás Sarkozy, Presidente de Francia a la par que bufón de la honestidad política, expulsaba a cerca de mil gitanos rumanos de Francia. 

¿El motivo?. Achacar, tirando de prejuicios y topicazos, los problemas de los franceses a una comunidad cuya única intención es construirse una vida mejor.

¿Y cómo?; poniéndole precio a la dignidad humana: un billete de avión y 300 € si eres adulto y 100 si eres menor de edad. Será que para Sarkozy, como para los esclavistas de tiempos pasados, los gitanos rumanos no tienen alma.

            Sarkozy, que sigue siendo el   “enanito gruñón” pese a haberse casado con “Blancanieves”, se ha pasado por el Arco de Triunfo (no el de los Elíseos, precisamente) las diferentes resoluciones y recomendaciones de la Comunidad Internacional y especialmente de la Unión Europea, un gigante económico que, sin embargo, para muchas cosas, aún tiene los pies de barro.

            ¿Se imagina el Señor Sarkozy, descendiente de húngaros exiliados durante la II Guerra Mundial, como hubiese sido su vida si la Francia a la que llegó su familia les hubiese tratado como él lo hace actualmente?. De haber sido así, este Napoleón con ideas de bombero torero posiblemente no hubiese llegado a ser Presidente de Francia, y  el resto del mundo nos hubiésemos quedado sin conocer las virtudes del Photoshop.

           
            Hace muchos años que los europeos desechamos aquella vieja idea de que el mal venía de fuera, y no sin pocos esfuerzos exiliamos de nuestra conciencia el chauvinismo y los prejuicios hacia otros pueblos y culturas, en lugar de exiliarlos a ellos; a nadie se le escapa que Francia fue el principal activo de este cambio, la Francia que exigía, en mayo del 68, que reivindicásemos lo imposible; esa misma Francia que, en la actualidad, con mirada cabizbaja, se avergüenza de tener un presente tan alejado de su glorioso pasado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con los nacionalismos y las identidades diferenciadoras vinieron las grandes guerras del siglo pasado. Era la estrategia de los conservadores (del statu quo que les interesaba) para erradicar el socialismo que el pueblo necesitaba y reclamaba.

José Manuel dijo...

Artículo con un toque de ironía, necesaria para los nuevos tiempos que vive Europa. Gracias por el trabajo