miércoles, 22 de septiembre de 2010

ARTÍCULO DE ACTUALIDAD: IMPULSO DE LOS OBJETIVOS DEL MILENIO.

Han sido muchas las ONGs  que han mostrado su crítica publica, por considerar que los líderes mundiales están fallando a los 1.200 millones de personas atrapadas en la miseria. Hablan de cifras como la de  5,3 millones de mujeres que murieron desde la adopción de los Objetivos del Milenio en el año 2000, por complicaciones en el embarazo.
A pesar de la crisis la ONU continua en su idea de sacar adelante la estrategia, líderes como el presidente Frances Nicolas Sarkozy han apoyado la idea de crear un impuesto global a las transacciones financieras, pero esta idea no cuenta con el apoyo del gigante americano. Toca ahora hacerse la pregunta de si es momento adecuado para revitalizar la maquinaria puesta en marcha hace 10 años para combatir la extrema pobreza, el hambre, la enfermedad y la desigualdad.
La respuesta a esa pregunta es SI. La ONU invertirá 30.000 millones de dólares para apoyar la sanidad de mujeres y niños en el mundo con la intención de llegar a salvar más de 16 millones de vidas de aquí al 2015.
Aunque obviamente es una iniciativa cargada de buenas intenciones, no podemos evitar preguntarnos cómo se pretende vertebrar esta medida. ¿Llegará realmente a esos millones de mujeres y niños que tanto lo necesitan? ¿Será efectivo? Y, lo más importante de todo, ¿por qué no se ha hecho antes?
Estos días se ha celebrado en New York la cumbre para acelerar el cumplimiento de los Objetivos del Milenio, donde una de las prioridades internacionales ha sido estimular el crecimiento económico invirtiendo en mejorar y asegurar la salud de mujeres y niños (sobre todo los que se encuentran en situación de pobreza).
Los dos objetivos fundamentales son reducir la mortalidad de mujeres durante el embarazo, y la de niños y niñas menores de cinco años.
Cabe destacar que es la primera vez que se llega a un acuerdo unánime sobre cómo afrontar los problemas sanitarios relativos a este colectivo de la población. Ha sido una medida respaldada por 192 delegados que han aprobado que esta iniciativa económica sea subvencionada tanto por gobiernos, como fundaciones, empresas privadas y distintas organizaciones no gubernamentales.
Quizá no sea el mejor camino para solventar este problema pero desde luego es un comienzo, siempre y cuando las comunidades internacionales se tomen con la debida seriedad y responsabilidad este proyecto. Sin embargo, el escepticismo está ahí y no va a desaparecer hasta que no empiecen a verse los resultados. No queremos depositar demasiadas esperanzas en este tema porque se han aprobado presupuestos anteriores en muchos órganos internacionales, pero si no existe un compromiso REAL tanto a nivel político, como empresarial y social, hasta que no nos convirtamos en lobbies feroces que defendamos estas cosas con la misma pasión y eficacia que defendemos los intereses menos altruistas, no se conseguirá nada.
Porque claro, es mucho más divertido cabezonear contra el 5% de media que eliminan de nuestro sueldo de funcionarios, que preocuparnos por lo que realmente importa. Nos miramos tan fijamente el ombligo y nos olvidamos tanto del conjunto, que cualquier día nos miraremos al espejo y ya no sabremos si somos de izquierdas o de derechas.

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